Algunos analistas, como Colin Sebastian, de Robert W. Baird & Co, aseguran que el mercado digital de videojuegos, el que engloba DLCs, juegos sociales y juegos para smartphones, entre otros productos, es el futuro, que diremos adiós a los soportes físicos (salvo las ediciones coleccionistas, presumiblemente) y que esta es la panacea de una industria que ya de por sí está en continuo crecimiento. No obstante, queda un largo camino por recorrer, sobre todo en lo que a cuestiones legales se refiere. Un claro ejemplo fue el caso de Rock Band para iOS de Electronic Arts (EA).
La compañía anunció, en el propio juego, la desconexión que se produciría este próximo 31 de mayo, retractándose posteriormente ante la avalancha de críticas. Según sus portavoces, todo fue un error de comunicación, pero un error que ha saltado todas las alarmas respecto a los intereses subyacentes en la industria digital, cuya oferta aumenta a medida que triunfan en ventas los títulos exclusivos o Free To Play, siendo algunos obra de desarrolladoras independientes con ajustados presupuestos. Pero ¿son realmente del consumidor los videojuegos adquiridos en el mercado digital?
Fuente: El Mundo
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