Estos días me ha tocado reunirme con varios jóvenes que tienen ideas de proyectos de emprendimiento. Estoy convencido que esto no es una moda, es una realidad que llegó para quedarse en nuestro país. El querer emprender desde la universidad una vez recién egresado de ella es una tendencia cada vez mayor. Es realmente una gran oportunidad y también un motivo de interés para las autoridades debido a que muchos de esos proyectos se constituirán en proyectos reales y en empresas que serán reconocidas en el mercado con opciones de crecimiento y de generación de empleo para muchas personas más. Lo importante de esta explosión de generar emprendedores es poder entregar las oportunidades y generar el acceso para que puedan ir en búsqueda de financiamiento como también con oportunidades para generar un crecimiento de estos proyectos. No es fácil avanzar en este sentido y generar una cultura que cambie de un día para otro, esto será algo paulatino que requiere de acciones concretas.
El hambre por el emprendimiento llegó para quedarse en nuestro país y no sólo será tarea de los jóvenes el generar estas oportunidades sino que también lo será de las instituciones de educación superior. El crear planes académicos con talleres y cursos de emprendimiento que orienten en el conocimiento y en el desarrollo de las habilidades y destrezas que se requieren para emprender es un importante requerimiento porque se constituye en una competencia de empleabilidad necesaria en el siglo XXI. Frente a los cambios que están experimentando la empresas en la reducción de personal y en la externalización de servicios es hoy una tendencia cada vez mayor que todos puedan tener desarrollada la destreza para emprender, bien sea de manera independiente o que generen competencias de intraemprendimiento para ejecutar estas habilidades al interior de las organizaciones.
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