Recientemente se ha publicado el ranking de avance de la tecnología del World Economic Forum y el primer lugar ha sido para Dinamarca, pero nuestro país ha caído 2 puestos desde el año pasado. Chile ocupó el lugar número 31 en el ranking 2006 entre 122 países, y a pesar de la caída, se mantuvo en el primer lugar latinoamericano. Sin embargo, ya no estamos en condiciones para compararnos con América Latina, sino que debemos mirar hacia países que se encuentran a un nivel similar en materia de telecomunicaciones, capital humano y desarrollo económico.
Actualmente el gasto estatal en TIC en Chile alcanza un 0,68% del PIB, frente a situaciones de países de Europa del norte como Finlandia o Dinamarca que alcanzan a montos de PIB superior al 3%. Según el Estudio Nacional de Tecnologías de Información (ENTI) 2006, realizado por el Centro de Estudio de TI de la Pontificia Universidad Católica de Chile, las compañías chilenas sólo destinan 2,48% de su facturación a inversiones en TIC. Esta es una realidad que debemos hacer frente como país.
En el informe del WEF se hace una presentación de la situación mundial en materia de competitividad, inversión tecnológica e innovación. Para evitar futuras caídas y corregir esta caída de dos puntos, es necesario generar instancias y acciones oportunas que permitan tanto al sector privado como público, dar las opciones de crecimiento en inversión que aumenten la productividad y competitividad de las empresas. Sin embargo, un factor que no puede ser dejado de lado es el relativo al campo de la Educación. En Chile tenemos una fuerza laboral activa de más de 6 millones de trabajadores, el problema es que el 50% de éstos, no ha terminado el Cuarto Medio, lo cual impide desarrollar un crecimiento productivo en las empresas y por ende, generar nuevas oportunidades de agregar valor a su producción. Por otra parte, nuestro país requiere de técnicos calificados que tengan las competencias laborales suficientes para ser un aporte a las organizaciones, situación que tampoco se refleja, ya que gran parte de los más de 650 mil estudiantes de Educación Superior de nuestro país se encuentran en la Universidad y no más de 65 mil se encuentran estudiando carrera técnicas de nivel superior, necesarias para cualquier empresa que quiera desarrollarse de manera integral.
Las materias que más impactan a Chile en el informe del WEF son: innovación, educación, uso de tecnología en las empresas y en el Estado, las que han influido en la baja en el promedio de Chile en el Ranking. Esta situación sin embargo, es nivelada por los avances de la Agenda Digital que se implementó durante la administración pasada. Es necesario si queremos dar un salto cuantitativo, generar una nueva apuesta de desarrollo donde el sector público y privado enfrenten conjuntamente las deficiencias que tiene nuestro país y que impiden que podamos seguir avanzando en los niveles de desarrollo.
Actualmente el gasto estatal en TIC en Chile alcanza un 0,68% del PIB, frente a situaciones de países de Europa del norte como Finlandia o Dinamarca que alcanzan a montos de PIB superior al 3%. Según el Estudio Nacional de Tecnologías de Información (ENTI) 2006, realizado por el Centro de Estudio de TI de la Pontificia Universidad Católica de Chile, las compañías chilenas sólo destinan 2,48% de su facturación a inversiones en TIC. Esta es una realidad que debemos hacer frente como país.
En el informe del WEF se hace una presentación de la situación mundial en materia de competitividad, inversión tecnológica e innovación. Para evitar futuras caídas y corregir esta caída de dos puntos, es necesario generar instancias y acciones oportunas que permitan tanto al sector privado como público, dar las opciones de crecimiento en inversión que aumenten la productividad y competitividad de las empresas. Sin embargo, un factor que no puede ser dejado de lado es el relativo al campo de la Educación. En Chile tenemos una fuerza laboral activa de más de 6 millones de trabajadores, el problema es que el 50% de éstos, no ha terminado el Cuarto Medio, lo cual impide desarrollar un crecimiento productivo en las empresas y por ende, generar nuevas oportunidades de agregar valor a su producción. Por otra parte, nuestro país requiere de técnicos calificados que tengan las competencias laborales suficientes para ser un aporte a las organizaciones, situación que tampoco se refleja, ya que gran parte de los más de 650 mil estudiantes de Educación Superior de nuestro país se encuentran en la Universidad y no más de 65 mil se encuentran estudiando carrera técnicas de nivel superior, necesarias para cualquier empresa que quiera desarrollarse de manera integral.
Las materias que más impactan a Chile en el informe del WEF son: innovación, educación, uso de tecnología en las empresas y en el Estado, las que han influido en la baja en el promedio de Chile en el Ranking. Esta situación sin embargo, es nivelada por los avances de la Agenda Digital que se implementó durante la administración pasada. Es necesario si queremos dar un salto cuantitativo, generar una nueva apuesta de desarrollo donde el sector público y privado enfrenten conjuntamente las deficiencias que tiene nuestro país y que impiden que podamos seguir avanzando en los niveles de desarrollo.
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