En mi reciente visita a Bogotá he visto como está creciendo el mercado de la telefonía móvil, cómo un país de 42 millones de habitantes ya tiene más de 28 millones de celulares. La participación de 2 actores genera un gran movimiento y competencia en materia de telefonía celular. Una de las empresas que más participación de mercado es Comcel, que tras un sistema de agencias le ha permitido expandirse rápidamente por esta país.
La operadora de Carlos Slim aprovechó la amortización de acciones de Telefónica para subir en la escala de líderes del sector por capitalización. Se dedica exclusivamente al negocio del móvil en un momento en que hasta Vodafone se ha rendido a la convergencia con la telefonía fija; salvo unos pocos usuarios en Estados Unidos, su cartera de clientes está en Latinoamérica, una zona calificada de alto riesgo por analistas e inversores internacionales; sus últimos años han sido una vertiginosa carrera de adquisiciones casi a cualquier precio.
La descripción es de América Móvil, una compañía que reúne todos los requisitos para despertar los recelos del mercado. Sin embargo, la operadora mexicana propiedad de Carlos Slim es más bien una de las favoritas. En los doce últimos meses su revalorización se acerca al 100% y en lo que va de año supera el 36%.La evolución de América Móvil no sería llamativa si no fuera porque está totalmente alejada de la realidad del sector. Tanto en Estados Unidos, como en Europa o en Asia, las operadoras todavía no han recuperado el crédito perdido tras el estallido de la burbuja tecnológica y sus trayectorias bursátiles son más bien discretas.América Móvil, sin embargo, sigue el camino contrario. La Bolsa dictaminó primero que debía valer más que France Télécom, una compañía que le triplica la facturación; luego superó a Deutsche Telekom y ahora lo ha conseguido con Telefónica, que obtuvo el año pasado el doble de beneficios que la mexicana.
Fuente: Infobae
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