En el puesto 29 a nivel mundial y líder en América Latina apareció Chile en el último ranking sobre Tecnologías de la Información (TIC) 2005-2006 que realizó el World Economic Forum (WEF). Chile evidenció un avance respecto del anterior listado, cuando se ubicaba en el lugar número 35.
A nivel mundial, el primer puesto lo logró por tercer año consecutivo Estados Unidos, con lo que mantuvo su posición como líder en el área de innovación. Le siguieron Singapur, Dinamarca e Islandia.
Con excepción de Chile, según el informe, "la región en su conjunto debe mejorar su marco legal para el desarrollo del sector TIC, reducir las cargas administrativas, aumentar la prioridad por los gobiernos a las TIC en materia de desarrollo y, más en general, mejorar la calidad de sus sistemas educativos".
Otro ranking internacional puso a Chile en el tope de la región. Un análisis internacional sobre clima empresarial realizado por The Economist fue encabezado nuevamente por Dinamarca. En el ranking Chile se situó en el puesto 22, la mejor ubicación de América Latina.
La mayoría de los países latinoa-mericanos analizados en este ranking, que considera más de 90 factores, entre ellos el atractivo del clima empresarial, el contexto político y económico y la estabilidad macroeconómica, retrocedieron puestos.
Las noticias publicadas dan una buena nueva al avance del desarrollo tecnológico nacional, pero no debemos compararnos con el restos de los países de América Latina, debemos buscar pares en el mundo que sean similares a nosotros en el desarrollo de TIC y de capital humano y no quedarnos fuera de ese nivel de países. Además, las recomendaciones que se presentan no pueden ser dejadas de lado y se requiere que nos preparemos para los escenarios futuros, donde la convergencia de las comunicaciones electrónicas, TV , internet, telefonía toma cada vez mayor relevancia y el acceso a publicos de menores recursos que también desean acceder a esta tecnología esto nos generará nuevos beneficios, creará nuevos mercados, pero todo ello no nace por generación espontánea, requiere de un nuevo marco legal acorde a las exigencias del siglo XXI.
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