Un e-mail sobre Security activó las alarmas en la banca chilena en virtud de algunos rumores que corrían tras el banco Security, todo esto se generó desde un correo electrónico que conminaba a vender las acciones de Grupo Security hasta una reunión de urgencia que evaluó el peligro de una potencial corrida bancaria. Esto y más sucedió entre septiembre y noviembre del año pasado en el medio local, cuando el pánico se apoderó del sistema financiero mundial tras el colapso de Lehman Brothers.Los rumores sobre insolvencia de algunas empresas y bancos no dejaron indiferentes a nadie. Tanto, que la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) inició una investigación por posible manipulación de precios, ya que el “voz a voz” hablaba de problemas de liquidez y patrimonio de compañías tanto del sector industrial como financieras, entre ellas Paz, SQM, CAP y Security.Y fue en este último caso que las pesquisas de la SVS dieron con un correo electrónico enviado por Alejandro Contin González, hijo de Alejandro Contin Naranjo, fundador de la ahora quebrada corredora de bolsa Alfa.El mail contenía una advertencia de Contin hijo a algunos amigos de colegio respecto a una conversación que había escuchado en el Starbucks de Apoquindo, sobre la solvencia del banco ligado a la familia Marín, la familia Berndt, Gustavo y Horacio Pavez, y a los ejecutivos Francisco Silva, Renato Peñafiel y Edmundo Eluchans.Si bien no hay certeza, se entiende que una versión de ese tipo llegó a más de cien personas en octubre, entre clientes de banca de inversión y la corredora de bolsa de Security, que terminó gatillando una aguda caída en la acción del grupo financiero en un día (-14,29% entre el 7 y 8 de octubre), que contrastaba con la estabilidad previa. La entidad ya estaba tratando de resolver los problemas propios del pánico generalizado post Lehman.
En su informe de fines de ese mes sobre Banco Security, la agencia Feller Rate explicaba que el grupo, como el resto del sector, había tomado medidas para reducir fuertemente las exposiciones a riesgos, como menores ingresos asociados a las posiciones financieras y el aumento en sus gastos de apoyo.La perspectiva era estable, pero en las semanas que siguieron, algunos clientes comenzaron a llamar, inquietos. Habían recibido copia del mail, al igual que algunos operadores de otras corredoras de la plaza. Según agentes del mercado, esto motivó que el banco pasara casi todo un fin de semana tratando de averiguar la fuente del correo y, al mismo tiempo, llamando a la calma de los inversionistas. Una cosa eran los temores infundados de que el sistema financiero colapsaría al igual que su par estadounidense, aún cuando sus situaciones eran incomparables -ya que los bancos locales no tenían deuda subprime-; pero otra muy diferente, era la propagación de un correo electrónico que difamara con nombre y apellido. A esas alturas, la preocupación había escalado hasta los máximos líderes de la banca local, quienes decidieron tomar cartas en el asunto.Los banqueros se cuadranEl sector debía evitar a toda costa la información tendenciosa, y había que partir por casa. Así, los banqueros adoptaron dos vías de acción: una, informar a las autoridades de lo que estaba ocurriendo; y, la otra, frenar la propagación de información tendenciosa. El “pacto de caballeros” contempló promover códigos internos que eliminaran la posibilidad de difamaciones, incluido un castigo si se comprobaba un hecho de tal índole.Porque en momentos en que el flujo de recursos entre los bancos estaba casi seco, no podían perder la confianza de sus clientes, su única fuente de recursos. El temor a una corrida bancaria estaba exacerbado por el colapso de las bolsas día tras día y el pánico ante el hecho de que el gobierno de Estados Unidos había dejado caer a uno de los suyos en septiembre.
Inquieto también estaba el superintendente de Bancos, Gustavo Arriagada. Ya sabía del correo electrónico sobre Security cuando sostuvo una reunión rutinaria a fines de octubre con varios bancos de inversión de la plaza. Según cuenta uno de los presentes, “se tocó el tema entre otros e hizo ver lo grave de dichas aseveraciones, aunque sin decir donde se habían generado”.¿Qué tenía que decir Security? La orden al interior del banco fue mantener silencio y no avivar más el fuego. Para ese entonces la SVS ya estaba encaminada en su búsqueda. Tras casi cuatro meses de investigaciones, éstas derivaron en una denuncia ante el Ministerio Público por comunicación de información tendenciosa contra Contin González. Sus abogados admiten el envío del correo, pero insisten que el ex ejecutivo no dio origen al rumor.Se desconoce si la SVS denunció en paralelo a otras personas naturales por lo mismo o si investiga esto como una falta administrativa, puesto que este tipo de indagaciones son reservadas.
Fuente: Diario Financiero
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