Viajando en el metro escucho una conversación entre dos amigos. Uno le cuenta a otro cómo la empresa en que trabaja lo desvinculó porque había contratado a una nueva profesional cuya remuneración no más que un tercio de su renta. Esto lo llevaba a pensar que el mercado laboral se estaba complicando cada vez más.
Este tipo de situaciones no nos debe ser ajena, cada vez más en países en vía de desarrollo la población joven está estudiando y titulándose insertándose en el mercado laboral. Las empresas al ver que hay en el mercado laboral una mayor oferta de profesionales lo que hacen es bajar los niveles de remuneración y desvinculan a las personas con mayor tiempo en la organización, que realizan esas tareas pero a un costo mayor.
Los desafíos que se presenta para la generación de profesionales que sobrepasa los cuarenta años y que está en una situación de vivir lo anterior debe ser consciente que lo ocurrido no será pasajero sino que permanente. Esto debe llevarlos a ser capaces de reinventarse pero también de adecuarse a los nuevos escenarios. Un trabajo de por vida en una organización sabemos que sólo en la administración pública es posible, pero en el sector privado, la necesidad de prepararse para hacer frente a los cambios es una constante.
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