La principal razón para toda esta actividad es la abrupta aparición en tiendas de aparatos de TV que se pueden conectar a internet, a través de cables o de manera inalámbrica. NPD, una firma de investigación, reconoce que el 12% de las pantallas planas vendidas en Estados Unidos en los primeros siete meses de este año estaban "conectadas". Es probable que esta cantidad se dispare. Las empresas de tecnología ven una oportunidad de soslayar a los distribuidores antiguos y traer videos online directo a los hogares.
Y los medios ven una amenaza. Incluso las compañías más diversificadas se han hecho dependientes de la voluntad de las personas de pagar abultadas cuentas mensuales por televisión multicanal. Todos los videos distribuidos fuera del lucrativo marco actual de televisión pagada preocupan a las empresas de comunicación. Simplemente deben mirar al negocio de la música, o de los diarios para ver la terrible consecuencia de perder el control de los contenidos en línea.
Pero sólo hay unos pocos grandes productores de televisión y películas, y ellos han aplicado el freno. Apple no ha podido establecer un sistema de suscripción para televisión y películas. Su esfuerzo por persuadir a las compañías de bajar los precios de los programas de TV ha sido rechazado por todos excepto por News Corporation y Disney, en cuyo directorio está el mandamás de Apple, Steve Jobs. Hulu, un acumulador de videos online -de propiedad en parte de los estudios- ha fallado en conseguir muchos shows de TV cable o de CBS, la cadena de difusión más popular de Estados Unidos. Sus dueños lo han empujado a un muro de pago.
Incluso Google busca dominar. La firma está convirtiendo su navegador y barra de búsqueda en televisores de alta gama ( high-end TV ) que los adictos a la televisión usarán para buscar programas. Si algunos de ellos pueden ser dirigidos a shows en YouTube, Google podría conjurar la publicidad fuera de la televisión. Sería un buen plan si YouTube tuviera muchos programas de alta calidad, pero no es así (The Onion, un sitio humorístico, alguna vez imaginó un concurso de YouTube desafiando a los usuarios a hacer un "buen" video).
Entonces YouTube probablemente debería pagar un alto precio por película, limitando su atractivo y convirtiendo a lo que alguna vez fue una fuerza subversiva en un distribuidor mediocre.
La televisión a la antigua está apenas siendo barrida. Hoy las personas ven videos online tres horas al mes, según Nielsen, comparado con 158 horas para la antigua televisión. Una encuesta reciente de Forrester Research estimó que muchas personas no comprenden a cabalidad sus dispositivos nuevos, y que muy pocos los recomendaban a sus amigos. Pueden que aprendan. Pero esa apatía de los recientes usuarios sugiere que los dueños de los contenidos tendrán mucho tiempo para prepararse para la revolución.
Un equipo está ganando terreno constantemente. Netflix, que arrienda DVD por correo, ha acumulado una gran cantidad de suscriptores. Se está moviendo gradualmente a la distribución online , y se está volviendo popular en los televisores conectados. Sería construido en el nuevo TV de Apple. Netflix tiene un fondo de dinero para gastar en derechos y quiere adquirir contenido exclusivo. Es la compañía a observar, y si usted es un ejecutivo de televisión o productor de películas debería preocuparse.
Nos encontramos en un tránsito desde la audician espectador hacia el participante activo en la toma de decisiones de qué ver y consumir en el entretenimiento. Me pregunto cómo influirá este cambio en esta industria que debe comenzar a adaptarse a una nueva realidad, pero también me hace pensar hasta cuándo puede soportar internet el tráfico y demanda de estos servicios.
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